AVISO IMPORTANTE
Estimados socios,
Nos es penoso informarles que hemos sido víctimas de un doloroso atentado.
Quizás ya se hayan enterado a través de los periódicos locales, pero el caso es que hace un par de días un grupo de delincuentes-terroristas-competidores desleales, irrumpieron en nuestro videoclub a altas horas de la noche y plantaron en medio de nuestra colección de películas en VHS un poderoso magneto.
Como es sabido, el efecto de unos imanes de semejante tamaño sobre las videocintas es devastador.
Hemos perdido un inmenso caudal de nuestra colección, y aún estamos calculando el daño.
Pero, aún desde las cenizas en las que se ha convertido este local, podemos decir con la frente bien alta, que no nos detendrán.
Que este atentado solo nos ha hecho más fuertes.
Yo, Stephen Dedalus, cinéfilo loco, testarudo y millonario excéntrico, me comprometo a seguir manteniendo vivo este querido videoclub (mi casa), y no solamente reponer las cintas perdidas, sino también seguir incorporando los estrenos que este aciago 1990 nos depara y los clásicos y las rarezas de todos los tiempos a los que ya los tenemos acostumbrados.
No por algo esto es: Laberinto Video Club.
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Nos es penoso informarles que hemos sido víctimas de un doloroso atentado.
Quizás ya se hayan enterado a través de los periódicos locales, pero el caso es que hace un par de días un grupo de delincuentes-terroristas-competidores desleales, irrumpieron en nuestro videoclub a altas horas de la noche y plantaron en medio de nuestra colección de películas en VHS un poderoso magneto.
Como es sabido, el efecto de unos imanes de semejante tamaño sobre las videocintas es devastador.
Hemos perdido un inmenso caudal de nuestra colección, y aún estamos calculando el daño.
Pero, aún desde las cenizas en las que se ha convertido este local, podemos decir con la frente bien alta, que no nos detendrán.
Que este atentado solo nos ha hecho más fuertes.
Yo, Stephen Dedalus, cinéfilo loco, testarudo y millonario excéntrico, me comprometo a seguir manteniendo vivo este querido videoclub (mi casa), y no solamente reponer las cintas perdidas, sino también seguir incorporando los estrenos que este aciago 1990 nos depara y los clásicos y las rarezas de todos los tiempos a los que ya los tenemos acostumbrados.
No por algo esto es: Laberinto Video Club.
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